El destino lo escribes TÚ



Esto es un blog hecho expresamente para evadirse uno mismo de sus problemas.


Está hecho para escribir una historia que se aleja tanto de la realidad como puede uno sentirse totalmente identificado.


Podeis comentar en los escritos, lógicamente, aunque con que la historia sea leída nos conformamos.


El fin de esta historia es demostrar que aunque puedas empezar estando encerrado entre cuatro paredes, puedes salir de ese estado, porque la vida es TUYA y de nadie más.


Nadie puede decidir tu destino, y por mucho que se diga, no está escrito, porque lo escribes tú poco a poco y cada día.


De todos modos, nunca está de más desconectar un poco de la rutina, teniendo siempre presente la realidad de cada uno.


Así que ya sabéis, a evadirse se ha dicho !


sábado, 21 de mayo de 2011

Cuarto menguante

-¡¡Nyss para!! ¡¡No puedo sujetarte!!- grita Mon desesperada, mientras intenta frenar a Nyss con todas sus fuerzas.
Está teniendo otra de sus crisis. Se ha vuelto loca. Está roja y bufa como un toro. Está sorda de ira. Solo siente odio. Quiere herirse. Corre de un lado a otro de la habitación, llevándose tras de sí todo lo que pilla. Tiene todo el cuerpo magullado y la ropa hecha jirones, pero no parece notarlo. Sangra de la frente y tiene la nariz torcida. Grita. Se tira al suelo. Se araña. Se da cabezazos contra la pared. Le da un puñetazo al armario y se rompe la mano. Se muerde el labio. Mon salta sobre ella y logra inmovilizarla. Pero Nyss está dotada de una fuerza sobrehumana y la aparta de un empujón. De repente, dirige su mirada hacia la ventana. Una idea se ilumina en su mente. Coge carrerilla y salta contra el cristal. Mon reprime un gemido de angustia. Mira a través del vidrio hecho añicos, y ve ya, a lo lejos, la figura de una niña ensangrentada corriendo colina abajo, llevada por la furia a Dios sabe dónde.
De repente..
-¡¡No!! ¡La joya! ¡Se la ha llevado!




~Aetiss~ + Hitzak

sábado, 7 de mayo de 2011

Cuarto menguante

- Ich, aquella joya tenía algo mágico, no se exactamente que era...Por favor, escucha lo que te digo, es importante para mi.

Ich deja de jugar con una semilla que acababa de entrar por la ventana y se acerca a Nyss cruzándose de brazos y poniendo cara de concentración, asiente con la cabeza dando a entender que ahora si está preparada para escucharla.

- No te preocupes Ich, se que resulta muy complicado de entender, pero sentí algo que hacia años que no había sentido...¿Por qué te ríes?

Se sienta junto a la ventana y pone esa carita tan característica de ella, esa que la acusa cada vez que ha hecho algo malo. Esta vez cruza sus piececitos energicamente, como si se preparase para decir algo importante y frunce el ceño. En ese preciso instante otra semilla se posa sobre su hombro y vuelve a revolotear contenta por toda la habitación, juega con la semilla como si se tratase de un paracaidas.

Nyss piensa que es mejor que una de las dos disfrute de los escasos momentos de alegría que se dan en palacio. Justo antes de que la semilla se pose en el suelo, Nyss la sopla y le regala otros minutos de alegría a su pequeña amiga. Piensa que ya tendrá tiempo de desvelar misterios...En realidad no hay nada que le importe tanto, todo puede esperar.


miércoles, 30 de marzo de 2011

Cuarto menguante


"No debí habérsela mostrado, ya me lo advirtieron los señores..¡Pero está chiquilla se va a dejar morir! y no, ¡No pienso consentirlo! Debe saber a qué lugar van todas esas almas atormentadas, conocer los secretos que la rodean y saber el motivo por el que ella ahora se encuentra aquí.

Sus padres renunciaron a ella, si, por el bien de todo un reino, ¿Pero a quién demonios le puede interesar más el reino que su propia hija? Quizá sea cierto aquello que me decía la anterior sirvienta; "Eres muy ignorante, quizás demasiado, por eso te han contratado". Y posiblemente así sea, quizá no sepa bien como funciona este reino, ni los verdaderos intereses que mueven a los poderosos, pero si se que una criatura tan frágil no puede hacerse cargo de todos y cada uno de los problemas existentes.

Tiene derecho a saber, que las sombras que se ocultan en cada piedra azulada, en cada lagrima de luna son..."

-Disculpe Mon, debería volver a sus quehaceres.

- Si, por supuesto.




~Aetiss~ + Ich + Hitzak

miércoles, 9 de marzo de 2011

Cuarto menguante

Silencio. Tenso. Incómodo. Un corazón que palpita. Rápido. Violento. Que resuena por toda la habitación. Oscura. Intimidante. Sin tamaño concreto. Nyss respira agitada. Hiperventila. No ve nada. De repente, una luz. Algo se sacude en su interior. La hipnotiza. La pequeña llama oscila. Sube. Baja. Nyss se marea. Cae de rodillas. Llora. Está sola. Un dolor la atraviesa. La desgarra. Se retuerce. Se encoge. Se arrastra. Avanza poco a poco. Quiere alcanzar la luz. Lo necesita. El dolor es insoportable. Busca una salida. Grita. No le sale la voz. Está muda. Se acongoja. Vuelve a gritar. Nada. Ni un gemido. Tiembla. Trata de levantarse. Vuelve a caer. Toda su cara está mojada. Sus ojos brillan. Pero sufren. Nyss se desgarra la camisa. Hunde la espiral de su colgante en la carne del pecho. Un reguero de sangre sale de él. Grita sin voz. Se araña. Se muerde. Se agrede. Trata de vaciar ese dolor. Mira al frente. La luz sigue ahí. Ahora quieta. Más debilitada. Nyss vuelve a cortarse. La luz tintinea y se hace más débil. Cae ligeramente. Nyss cae con ella. Se hunde. Un charco de sangre la rodea. No se mueve. Está agotada. Quiere dormir. No despertar. Morir.
Alguien la zarandea. La abofetea. Finalmente se despierta. La niña abre los ojos. Lloran. Se incorpora bruscamente. Frente a ella está Mon, la criada regordeta. La mujer respira agotada.
- Hace media hora que intento despertarte- dice ésta.
Nyss posa su mirada en el colgante de la señora. Se pierde en ese cristal azulado. Ve más allá de una simple baratija. Queda en trance. Sombras bailan dentro de la joya. Siluetas cada vez más claras. Nyss las siente. Nota su dolor. Quiere ayudarlas. Pero tiene miedo. Trata de alejarse de allí. Pero un vínculo se lo impide. No puede escapar. Está atrapada. Mon la salva. Guarda su colgante en una bola de madera metalizada. La muchacha sale de su estado. La criada sale apresuradamente, llevándose consigo la extraña alhaja.
La chiquilla queda sentada con las piernas cruzadas. Ich se despierta. Se despereza. Y le da un beso en la mejilla.





~Aetiss~ + Ich + Hitzak 

lunes, 28 de febrero de 2011

Cuarto menguante


El peso de la responsabilidad sobre sus espaldas. La obligación de guardar el secreto que se esconde entre esas frases. Necesita contarlo, gritar al universo que ella no está preparada, que no puede gobernar ese reino, que no piensa renunciar a sus herederos. ¿En qué estarían pensando sus padres cuando aceptaron semejante cargo? ¿Acaso se sentirían tan forzados como ella? Con tan pocas opciones de decir que no…En qué retorcida mente podía entrar una cláusula tan cruel como la decimocuarta: “Al ceder el reino al descendente, el anterior gobernante debía perecer”

Nyss, entre tanta desgracia se sentía afortunada, por circunstancias del destino había conocido a Ich. La anterior reina, su madre, no había tenido a un ser pequeñito que le iluminase y le hiciese sonreír a escondidas, su reinado debió haber sido más duro que el que ahora a ella se le presentaba.

La decisión era dura, renunciar al reinado y no poder infundir justicia, o renunciar a su vida una vez que en un futuro su hija cumpliese doce años ¡Sería incapaz de dejarla!






~Aetiss~ + Ich + Hitzak

miércoles, 23 de febrero de 2011

Cuarto menguante

    Dando pequeños suspiros lee aquellos extraños papeles. Las palpitaciones se aceleran. Pequeñas gotas de sudor empiezan a resbalarse por su esbelto rostro.
- ¿Qué sucede?- susurra Ich a Nyss.
    Nyss queda totalmente anonadada. Ich dando un suave respingo comienza a leer aquel arcaico papel. Una sutil lágrima cae sobre una de las letras del pasquín, remarcando notablemente una palabra. Inmediatamente la tinta viaja hasta pararse en el primer punto. Nyss al leerla, cae frágilmente desplomada al suelo.
    Ich, lo relee. Mediante su dulce voz emite un asombroso discurso, el cual hace que Nyss de un brinco y vea todo diferente. Suspira. Sus lágrimas siguen marchitándose.
    Nyss abraza a Ich manifestando su alegría. Ríe. Llora. Está confusa. No sabe lo que hacer.
   En un abrir y cerrar de ojos, sale de la habitación. Sí, eso es; va en busca de aquella robusta figura. Pasan horas, minutos, segundos, milésimas de segundo hasta que Nyss se agota, y cae rendida sobre un sendero. Ich hace lo imposible por  reanimarla. Está demasiado afectada como para reaccionar; no obstante se queda pensando en otra frase que encontró en aquel papel.
    - Cada día hay que empezar a vivirlo como si fuese el primero.
    E Ich empieza a derramar gotas de sangre, por su rostro. Está llena de dolor.


              


~Aetiss~ + Ich + Hitzak

martes, 22 de febrero de 2011

Cuarto menguante

    Un grito resuena por toda la sala de entrenamiento. Un giro rápido y un golpe certero derriban a su rival. Nyss respira fatigada. Se acerca a su profesor y le ayuda a levantarse. Pequeñas gotas de sudor perlan su frente, empapando el flequillo que le cubre parte de los ojos. Se limpia la sangre del labio, tira el arma al suelo y se va.
    Entra en su habitación. Coge ropa limpia de su armario y una toalla. Cierra la puerta del baño y enciende el grifo de la bañera. Se mira al espejo y se cura el corte de la boca. Está roja y cansada por el esfuerzo. Una nube de vapor inunda la estancia. Se quita la ropa y se mete en el agua. Sus pulsaciones disminuyen lentamente. El pelo blanco se le moja y se oscurece. Permanece largo rato en la misma posición, pensando. Ich se sienta en el grifo.  Nyss se enjabona despacio, dejando que la suave esponja le acaricie. El jabón resbala por su piel, haciéndole cosquillas y dejando un agradable olor en ella. Se aclara por fin y se seca rápido. Se viste y se seca el pelo. No sonríe. No puede. No quiere. Se tumba en la cama. Alguien llama a la puerta.
    - Adelante- dice simplemente.
    Una señora regordeta y sudorosa entra en la habitación. Es la nueva criada. Lleva un montón de papeles. Los deja en el escritorio de la muchacha. Se inclina ante ella y sale cerrando la puerta de golpe.
    Ich revolotea por encima de la niña. Se posa en su almohada y salta sobre ella hasta que consigue que Nyss se levante. La chiquilla se resigna. Es hora de hacer los deberes que supone ser la heredera. Se sienta frente a la mesa y empieza a ojear todos los papeles sin muchas ganas. Y como se suele decir, eso son los gajes del oficio.





~Aetiss~ + Ich + Hitzak

Cuarto menguante

(Esta es una pequeña historia que estamos escribiendo dos amigas y yo, y que nos gustaría compartir con vosotros. Por eso, cada día más o menos escribiremos un poquito más, a ver qué os parece. Allá vaaaa !! )

Una lágrima templada recorre su mejilla. Un débil gemido se escapa de su garganta. Nyss se envuelve un poco más en su manta de seda. Ser princesa no es fácil, pero eso no lo entiende nadie. Con doce años la muchacha ha vivido situaciones muy duras. Su madre murió y a su padre lo llevaron al cadalso por ser acusado de pederasta. Un bucle azulado por el reflejo lunar le acaricia la nariz, fina y perfectamente centrada. Un destello juguetón se posa en su frente. Le da un ligero beso y le hace sonreír. Siempre lo consigue.
- Hola Ich- susurra Nyss.
La diminuta silueta de Ich se refleja en los ojos azules de la niña, que están cubiertos de lágrimas. Se incorpora y queda sentada con las piernas cruzadas. Se seca la cara con las mangas del pijama mientras Ich improvisa un baile sobre sus rodillas. Ich. Un pequeño minz que el viento arrastró hasta la cuna de nuestra joven desdichada. Criatura que vuela sin alas, pequeña como una luciérnaga, hecha de luz y rocío.
Nyss mira su colgante, una joya de plata negra en forma de espiral que le extirparon a su madre del cráneo al morir. Aparta un mechón de pelo blanco enredado en la sortija. Se levanta y sale al balcón. Un viento glacial le acaricia el rostro. Ich se esconde en el cuello de la camisa del pijama tiritando.
Enorme. Ozeïdia es enorme. Y está al cargo de una chiquilla a la que el destino parece habérsela jurado. Un fuerte dolor en el pecho se manifiesta en forma de lágrimas saladas que hacen brillar aún más los zafiros de nuestra protagonista. Y en su mente solo una frase se repite; Creí haber perdido todas las esperanzas, pero debí guardarme alguna porque las sigo perdiendo.
 
 


~Aetiss~ + Ich + Hitzak